viernes, 27 de abril de 2012

NUESTROS TÉCNICOS OPINAN: LA IMPORTANCIA DE LOS PADRES EN EL DESARROLLO PSÍQUICO DEL NIÑO

El profesional de la ciencia del comportamiento, en CANIGE, hace un constante asesoramiento sobre todos los aspectos socio-psicológicos que influyen en el proceso enseñanza - aprendizaje, los  sistemas organizacionales y   asiste a la población infanto – juvenil que presenta una alteración psíquica, como por ejemplo: un trastorno de conducta, de aprendizaje, de lenguaje,  o cualquier otra psicopatología que pueda perturbar el buen desarrollo psíquico del niño. O simplemente, hace una intervención precoz, a titulo  preventivo, a los sujetos en situación de riesgo (la familia y el entorno).

Creo que no descubro nada nuevo a nadie, afirmando que existe una gran diferencia semántica entre Educación, Formación, Enseñanza – Aprendizaje, Aprendizaje y Transferencia de conocimiento. 

Vamos hablar de la Importancia de los Padres en el Desarrollo Psíquico Armonioso de sus Hijos. El desarrollo psíquico es el proceso de adquisición de la conciencia y la interpretación  del entorno circundante. El niño al nacer no tiene conciencia de la realidad. Pero trae consigo un conjunto de premisas básicas o potenciaciones a desarrollar. El recién nacido no oye, pero trae consigo la posibilidad de oír. El niño no ve, pero tiene la facultad de  ver. El contacto con el mundo exterior, concretamente la relación con los padres (el contacto físico al cargarlo, al bañarle, al comunicarse con él verbalmente, etc.), estimula las conexiones sinápticas neuronales del Sistema Nervioso Central (SNC). A consecuencia del desarrollo del cerebro, el recién nacido va adquiriendo todas las capacidades  y funciones como ser social, por ejemplo, el reflejo de la orientación.

El desarrollo del proceso de orientación se traduce en la aparición de la concentración visual y auditiva durante la cual se frenan los movimientos impulsivos y caóticos. La vigilia adquiere un carácter más substancioso, más activo.El pequeño ve al adulto  como el intermediario imprescindible para su contacto con el mundo que le rodea, como la principal fuente de satisfacciones de sus necesidades. Porque gracias a esta relación de dependencia, el recién nacido adquiere progresivamente importantes funciones  como el control postural, la autonomía de desplazamiento, la comunicación, el lenguaje, la interpretación de la sociedad, etc.Por consiguiente, queda explícito que la relación padre –hijo es determinante en el ritmo de desarrollo de los PROCESOS COGNITIVOS (la atención, la memoria, la percepción, el pensamiento, el lenguaje, la creatividad y la imaginación), LOS PROCESOS AFECTIVOS (agresividad, cariño, besos,  alegría, tristeza, violencia, etc.) y los PROCESOS VOLITIVOS (ayuda, solidaridad, apoyar a los demás, participar en actividades conjuntas, iniciativa propia, etc.).

También en la estructura y la dinámica familiar, los niños adquieren los VALORES (honestidad, tolerancia, amistad, respeto, etc.) como orientadores del  comportamiento del pequeño, a través de la jerarquía de intereses y necesidades;  así como, la FORMACIÓN DE HÁBITOS y normas de convivencia.  

                                                             
Msc. Fernando Olivera Correa
Asistente Psicológico
CANIGE


No hay comentarios:

Publicar un comentario